Estamos oficialmente en campaña. Parece que la sensación se repite constantemente pero no hay que confundirse, no es una más. Ahora lo retomamos donde lo dejamos en marzo por prudencia y por lógica. La pandemia lo trastocó todo y todo se dejó a un lado porque había que sacar a Galicia adelante. Durante las últimas semanas muchos han querido atacar a la gestión del único que gestionaba. No nos importó, porque el compromiso del Presidente Feijóo con esta tierra es indestructible.
Que esta es la campaña más atípica que se recuerda lo tenemos claro, tanto los políticos como los votantes. Es además la más importante de las últimas que se recuerdan, aunque no lo parezca. No existe ni un ápice de relajación, ni distracciones, ni tiempo para enzarzarse en salir a responder a cada ataque de la oposición. Hay mucho trabajo hecho, mucho que se está haciendo y mucho más que nos queda por hacer. La Xunta es una maquinaria moderna, ágil, responsable y sinónimo de confianza, gestión y certezas.
Feijóo es el único candidato de todos los que aspiran a gobernar Galicia los próximos años en disposición de ponerse manos a la obra al día siguiente de la noche electoral. Sin negociaciones, sin períodos de prueba, sin reparto de sillones, sin perder ni un minuto... Y es que todo lo que no sea votar por el que ha sido reconocido como un gestor de referencia, aquí y en Madrid (que se lo pregunten a Fernando Simón) será igual que pinchar las ruedas de la recuperación, tirar el freno de mano social y económico y chocar contra el muro que siempre conllevan los multipartitos. Lo último que necesita Galicia es salirse del buen camino que está recorriendo. El que nos permitió ser pioneros en desescalar porque fuimos los primeros en adelantarnos a la pandemia. Sería el peor momento para cambiar el modelo porque a las crisis se les gana con estabilidad, experiencia y capacidad de gestión, y no es por nada, pero no hay color…
Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a anunciar un compromiso, y tanto yo como millones de gallegos y gallegas, sabemos que es de palabra. Ha vuelto a poner a Galicia por delante de todo y de todos. Ha huido sistemáticamente del fango desde el que otros le tiran bulos, le atacan sin datos y confabulan con la única intención de derrocarlo sin ofrecer nada que pueda mejorar su hoja de ruta. Doy fe de que se ha vaciado, en cuerpo y alma, por mejorar la vida de todos nosotros, de los que siempre le hemos votado y de los que no. Me consta de que ha sufrido cada golpe y cada pérdida de esta pandemia como si lo padeciese en carne propia. Y sé que tiene la cabeza igual de amueblada que llena de nuevos proyectos para los próximos 4 años. Siempre nos dice que a día de hoy hay cero votos en las urnas, que hay que pelearlos y que cada uno es vital y tiene razón.
Estamos ante un cruce de caminos (no dejamos de ser la tierra del Apóstol) y salvo la ruta por la que hemos llegado hasta aquí, que es la más ancha, la más cómoda y la más segura, todos los demás senderos conducen al abismo. Toca ser como los mosqueteros y elegir un líder que nos ayude a salir de esta encrucijada cuanto antes. El famoso lema del “todos para uno y uno para todos” ha adquirido un nuevo significado, más a la gallega, con más sentidiño, más azul, más popular, más Feijóo… Ahora que ya puedo pedir tu confianza y tu voto, lo hago por el bien común, por el bien de Galicia, el de los gallegos y gallegas, por el tuyo, por el de todos. Estas no son unas elecciones más, son las más determinantes que se recuerdan. Rercuérdalo y si no vas a poder apoyarnos el 12 de julio, hazlo por correo, que aún estás a tiempo. Nos vemos en las urnas. Vamos a seguir defendiendo Galicia con uñas y dientes para seguir siendo el mejor rincón del mundo.